Crear una Memoria de Traducción
Una vez tengamos bien estructurada
la teoría básica sobre las Memorias de Traducción y la segmentación de textos
dentro de ellas podemos pasar a hablar sobre los procesos y programas con los
que crear nuestra propia MT, algo que podemos llevar a cabo de dos formas: o
bien utilizando el método de la alineación de textos a partir de bases de
datos, del que ya hemos hablado en las entradas sobre corpus, o bien utilizando
un método interactivo, basado en una forma de traducción interactiva. En este
último, las nuevas traducciones quedan almacenadas para su uso inmediato (en el
mismo texto) o futuro, lo que comporta
una mayor calidad pero menor productividad a corto plazo. Además, con el método
interactivo podemos hacer uso del trabajo en la red o, lo que es lo mismo, de la
colaboración de distintos traductores para formar una MT.
Entre los documentos más apropiados
para constituir una MT se encuentran: los textos con contenido repetitivo
interno (propagación), que pueden ser documentos técnicos, como manuales de
usuario y especificaciones de productos, o documentos jurídicos o legales, como
contratos y patentes; las revisiones, es decir, la versión corregida de
un texto anterior o las páginas web, la nueva edición de un manual, etc.; el aprovechamiento
de textos (reciclado), que consiste en el trabajo para el mismo cliente, lo
que implica el mantenimiento de terminología y preferencias estilísticas; y las
actualizaciones sobre la marcha que, en un proceso normal, conllevan la
necesidad de comparar la nueva versión con la antigua (Word), teniendo en
cuenta que se puede empezar la traducción aunque la versión definitiva no esté completamente terminada.
Crear una MT es algo muy útil
porque cuenta con numerosas ventajas entre las cuales cabe destacar la productividad,
conseguida únicamente cuando se conoce ya un programa (curva de aprendizaje,
cambios de entornos…), cuando la MT es representativa, cuando surge la
necesidad de convertir formatos, etc. También destacan la calidad (el
contenido de la MT debe ser bueno; mejora la coherencia de una traducción, o
para un mismo cliente; necesidad de revisar y actualizar base de datos; se
hacen menos revisiones que con procesadores de textos), el formato
electrónico (evaluar la relevancia de un texto para su futura reutilización
antes de usar un OCR) y la propiedad de la MT (un valioso recurso que
reclaman traductores y clientes para el que aún no hay una clara solución).
Además, las MT integran otras
herramientas, como la gestión terminológica, la traducción automática o la integración
con procesador de textos (Word), así como la incorporación de un editor
independiente y la compatibilidad con filtros de formatos diferentes. Entre los programas que cuentan con estas herramientas, destacamos Multiterm (Trados)
y Déjà vu y Omega T (de acceso gratuito online).
FUENTE: Informática Aplicada a la Traducción, por María José López Chollet
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