miércoles, 5 de diciembre de 2012

Aprovechamiento de las MT


Crear una Memoria de Traducción

Una vez tengamos bien estructurada la teoría básica sobre las Memorias de Traducción y la segmentación de textos dentro de ellas podemos pasar a hablar sobre los procesos y programas con los que crear nuestra propia MT, algo que podemos llevar a cabo de dos formas: o bien utilizando el método de la alineación de textos a partir de bases de datos, del que ya hemos hablado en las entradas sobre corpus, o bien utilizando un método interactivo, basado en una forma de traducción interactiva. En este último, las nuevas traducciones quedan almacenadas para su uso inmediato (en el mismo texto)  o futuro, lo que comporta una mayor calidad pero menor productividad a corto plazo. Además, con el método interactivo podemos hacer uso del trabajo en la red o, lo que es lo mismo, de la colaboración de distintos traductores para formar una MT.

Entre los documentos más apropiados para constituir una MT se encuentran: los textos con contenido repetitivo interno (propagación), que pueden ser documentos técnicos, como manuales de usuario y especificaciones de productos, o documentos jurídicos o legales, como contratos y patentes; las revisiones, es decir, la versión corregida de un texto anterior o las páginas web, la nueva edición de un manual, etc.; el aprovechamiento de textos (reciclado), que consiste en el trabajo para el mismo cliente, lo que implica el mantenimiento de terminología y preferencias estilísticas; y las actualizaciones sobre la marcha que, en un proceso normal, conllevan la necesidad de comparar la nueva versión con la antigua (Word), teniendo en cuenta que se puede empezar la traducción aunque la versión definitiva no esté completamente terminada. 

Crear una MT es algo muy útil porque cuenta con numerosas ventajas entre las cuales cabe destacar la productividad, conseguida únicamente cuando se conoce ya un programa (curva de aprendizaje, cambios de entornos…), cuando la MT es representativa, cuando surge la necesidad de convertir formatos, etc. También destacan la calidad (el contenido de la MT debe ser bueno; mejora la coherencia de una traducción, o para un mismo cliente; necesidad de revisar y actualizar base de datos; se hacen menos revisiones que con procesadores de textos), el formato electrónico (evaluar la relevancia de un texto para su futura reutilización antes de usar un OCR) y la propiedad de la MT (un valioso recurso que reclaman traductores y clientes para el que aún no hay una clara solución).

Además, las MT integran otras herramientas, como la gestión terminológica, la traducción automática o la integración con procesador de textos (Word), así como la incorporación de un editor independiente y la compatibilidad con filtros de formatos diferentes. Entre los programas que cuentan con estas herramientas, destacamos Multiterm (Trados) y Déjà vu y Omega T (de acceso gratuito online). 

FUENTE: Informática Aplicada a la Traducción, por María José López Chollet

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